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Preguntas Frecuentes
La reducción de daños es una filosofía de cuidado que busca minimizar los riesgos asociados al consumo. En vez de juzgar, promueve la educación y el consumo responsable. Utilizar un kit de prueba química antes de consumir una sustancia desconocida es un paso práctico de reducción de daños: te permite verificar si la sustancia podría estar adulterada o no es lo que crees. Así cuidas tu salud – la mejor forma de evitar daño es no consumir, pero si de todas formas decides hacerlo, más vale estar seguro de qué tienes entre manos. Un test químico te da información valiosa para tomar decisiones más seguras y con mayor tranquilidad.
¡Sí! En Chile es completamente legal comprar y usar estos kits de testeo. No contienen ninguna sustancia ilícita ni controlada; son reactivos químicos de uso común en laboratorio. La ley chilena no prohíbe su venta ni uso, ya que su finalidad es analítica y de seguridad personal. Puedes adquirirlos con confianza, sabiendo que estás haciendo algo responsable y dentro de la legalidad.
Cada reactivo produce ciertos colores característicos al contacto con distintos tipos de compuestos. La cartilla de colores incluida en el kit es tu mejor guía: en ella encontrarás una lista de tonalidades y lo que suele indicar cada una. Por ejemplo, un cambio a cierto color específico puede señalar la posible presencia de un tipo de sustancia esperado, mientras que un color totalmente distinto podría sugerir un adulterante o compuesto inesperado. Si el reactivo no cambia de color, es posible que la sustancia no contenga ninguno de los compuestos que ese test detecta (¡o que el reactivo esté vencido, así que ojo con la fecha de caducidad!). Recuerda que estos tests son presuntivos: ayudan a sugerir qué podría haber, pero no dan un diagnóstico infalible. Si el color obtenido no coincide con lo esperado para la sustancia que creías tener, tómalo como una señal de alerta – lo más prudente en ese caso es no consumir, ya que podrías estar frente a algo distinto y potencialmente riesgoso.
Depende del kit, pero rinden bastante. Los reactivos en frasco gotario (multiuso) suelen alcanzar para aproximadamente 50 a 100 tests cada uno, ya que solo necesitas una gota por prueba. Por ejemplo, un frasquito de reactivo Marquis típicamente trae suficiente líquido para decenas de usos. Si en cambio adquiriste un kit de un solo uso (ampolla o tira reactiva desechable), ese kit estará diseñado para una prueba única. En todo caso, en la descripción de cada producto se indica el número estimado de usos. Consejo: utiliza pequeñas muestras en cada test para sacar el máximo provecho a tu kit sin sacrificar precisión.
Absolutamente. Entendemos la importancia de la privacidad al pedir este tipo de productos. Todos los pedidos se embalan de forma muy discreta, en paquetes neutros sin logos, etiquetas ni descripciones que revelen el contenido. Desde afuera, nadie sabrá qué viene en el paquete – solo aparecerán los datos de envío necesarios (tu nombre, dirección y un remitente genérico). Además, protegemos tus datos personales: la información de tu compra se maneja de manera confidencial. En resumen, puedes comprar con tranquilidad que tu pedido llegará con total discreción, cuidando tu anonimato y privacidad en todo momento.
Nuestros kits vienen completos y listos para usar. Cada kit de reactivo incluye al menos un frasco gotario con el reactivo químico (algunos kits, como Morris o Simon’s, traen dos frascos A y B que trabajan en conjunto). También encontrarás una cartilla de colores e instrucciones detalladas, que es la guía para interpretar los resultados correctamente. Varios de nuestros kits incluyen además accesorios útiles: por ejemplo, microespátulas para manipular la muestra, guantes desechables para mayor seguridad y superficies de prueba. Toda esta configuración viene dentro de un empaque discreto y protegido para que recibas tu kit en perfectas condiciones. En la página de cada producto especificamos exactamente lo que contiene, pero en resumen no necesitas comprar nada extra – tendrás todo lo necesario para comenzar a testear de inmediato de forma segura.
Cada reactivo químico reacciona de forma distinta según la sustancia que analices. Por ejemplo, Marquis es un reactivo general muy utilizado: cambia de color con una variedad amplia de compuestos, por lo que suele ser el primer test a aplicar. Mecke y otros reactivos complementan la información, ya que pueden revelar la presencia de adulterantes o sustancias específicas que Marquis no detecta tan claramente. Morris es un reactivo de dos partes (A y B) pensado para identificar ciertos compuestos particulares que los otros no distinguen. En resumen, usando varios tests en conjunto obtienes un resultado más completo: si todos coinciden con el color esperado, aumentas la certeza sobre la identidad de la sustancia; si uno reacciona de forma inesperada, podría indicar la presencia de otra cosa. Siempre recomendamos usar más de un reactivo para tener mayor seguridad en tus conclusiones.
Usar nuestros kits es sencillo y seguro siguiendo estos pasos básicos:
Prepara una pequeña muestra: Toma la cantidad más pequeña posible de la sustancia que quieras analizar (un granito o migaja basta). Mientras menos uses, mejor – así evitas desperdiciar.
Aplica el reactivo: Coloca la muestra sobre una superficie blanca y cerámica (por ejemplo un plato) y añade una gota del reactivo correspondiente encima de la muestra. Si el kit tiene dos frascos (como el test Morris), agrega primero una gota de la botella A y luego una gota de la B. Observa la reacción inmediatamente bajo buena luz.
Compara el color: Fíjate en el cambio de color que ocurre en los primeros segundos. Cada kit incluye una cartilla de colores o guía de referencia: compara el color resultante con los colores indicados en la cartilla para inferir qué podría estar presente.
Desecha la muestra de forma segura: La porción de sustancia que testeaste ya no debe ser consumida (el reactivo la contamina). Bótala después de la prueba y lávate las manos.
Siguiendo estas indicaciones, el proceso toma solo un par de minutos. Nuestros kits vienen con instrucciones claras, ¡no necesitas ser experto para usarlos correctamente!
Los reactivos ofrecen una indicación valiosa, pero es importante entender sus limitaciones. Son muy útiles para confirmar la presencia de ciertos compuestos conocidos y detectar muchos adulterantes comunes, pero no garantizan al 100% la identificación de absolutamente todo lo que existe. Un resultado positivo (color esperado) te sugiere que la sustancia deseada podría estar presente, pero no te dice cuán pura es ni descarta al 100% otros ingredientes. Del mismo modo, un resultado negativo (ningún color coincidente) indica que el compuesto buscado quizás no esté presente, pero podría haber otras sustancias no detectables por ese reactivo. En la práctica, son herramientas muy confiables para reducir riesgos cuando se usan correctamente y en combinación: utilizando varios reactivos diferentes puedes cruzar resultados y tener mucha más certeza. Aun así, siempre mantén una actitud precautoria: si algo no cuadra en tus tests, es mejor abstenerse. Recuerda que ninguna prueba casera puede garantizar seguridad absoluta, ¡pero sin duda es mucho más seguro testear que ir a ciegas!
Los reactivos son sustancias químicas que con el tiempo pierden efectividad, por lo que hay que guardarlos bien. Por lo general, cada frasco tiene una vida útil mínima de un año desde su fabricación. Para asegurar que duren ese tiempo (¡e incluso más!), almacénalos en un lugar fresco, oscuro y seco. Lo ideal es el refrigerador: el frío y la ausencia de luz ayudan a conservar las propiedades del reactivo por más tiempo. Procura mantenerlos siempre bien cerrados y, antes de usarlos, fíjate en la fecha de vencimiento si la tiene. Un reactivo vencido o mal almacenado puede dar resultados débiles o incorrectos. Siguiendo estas recomendaciones de almacenamiento, tus kits estarán listos y confiables cuando los necesites.
Sí, enviamos a todo Chile, de Arica a Punta Arenas (¡incluso a Isla de Pascua y territorios insulares, si correos llega allá también llegamos nosotros!). Trabajamos con empresas de despacho confiables (como Chilexpress, Starken, etc.), lo que nos permite cubrir todas las regiones. Los tiempos de entrega dependen de tu ubicación: en ciudades principales el paquete suele tardar entre 2 a 5 días hábiles una vez despachado, mientras que hacia zonas más alejadas puede tomar unos días extra. Procesamos tu orden rápidamente – generalmente la preparamos y entregamos al courier dentro de las primeras 24-48 horas hábiles tras la compra. Te proporcionaremos un número de seguimiento para que puedas rastrear el envío. Así, sabes que tu kit viene en camino y tendrás una idea del día de llegada. Si tienes urgencia, contáctanos para ver opciones de envío exprés. ¡Tu seguridad no puede esperar!
No. Debes descartar cualquier muestra que haya entrado en contacto con el reactivo. Piensa que el reactivo es un químico fuerte (a veces ácido); al mezclarlo con la muestra, esa porción queda contaminada y no es apta para consumo. Lo recomendable es que siempre utilices una pequeña cantidad separada de la sustancia para hacer la prueba, y una vez obtenidos los resultados, botes esa muestra testeada de manera segura. Nunca ingieras ni uses la parte que reaccionó con el químico. Por tu seguridad, separa primero la dosis que planeas consumir y aparte una migaja solo para el testeo. Así te aseguras de no arriesgar tu salud con restos de reactivo en lo que finalmente consumas. Recuerda: la idea es reducir daños, y eso incluye no exponerte a sustancias corrosivas. Usa el kit con responsabilidad y siempre desecha lo que ya analizaste.
